ingleses dixit

Sin contradecir su linaje los ingleses inventaron el football.

Un típico juego de metas y pelota con atletas dispuestos a uno y otro lado, pero en este caso sometidos a una única y terrible condición: poder valerse de todo el cuerpo para tocar el balón, menos  (y allí radica su esencia antinatural) de las extremidades superiores.

Tamaña ideación, tan perversa y genial, fue irresistible al resto de las culturas. Las distintos Pueblos formularon su propia versión del Juego acatando, imperturbables, las ineludibles normas, pero proyectando sus virtudes.

Así, los brasileños derrocharon alegría, los asiáticos obediencia, los alemanes orden y moral, los italianos coraje, los africanos potencia …

Sólo dos merecen un comentario aparte: Rioplatenses e Ingleses.
Los primeros porque su juego e idiosincrasia coinciden casi absurdamente (alguna vez imaginé una versión terrorista del Juego, en la que el puntero derecho dirigiera adrede un centro a la cabeza del árbitro a quien el resto de los jugadores atropellarían, feroz pero lícitamente, en busca de la pelota; u otra, en la que un jugador de altura desproporcionada mantuviera el control de la pelota durante todo el partido haciéndola rebotar una y otra vez en su cabeza).
Los segundos porque se propusieron una tarea épica: jugar la pelota casi siempre por arriba, que no es otra cosa que desafiar la Ley de la Gravedad.